domingo, 11 de octubre de 2009

De la noche a la mañana.

De la noche a la mañana ella ya no estaba,
dispuso su presente y su futuro lejos de ella.
Sin demostraciones de que ya no la amaba
la dejó desamparada en una vida sin ella que ni sabía ni quería gobernar.
No te quiero, Este es el fin de nuestro amor, ya no te amo; palabras así seguro que laceraban menos que aquellas lágrimas y ese no puedo dejarle.
No pudo sostenerle la mirada cuando le dijo mírame a los ojos y dime que ya no me amas. Candela bajó los ojos al suelo.
De la noche a la mañana sobrevive en un mundo que revienta a cada minuto sin ella y del que apenas la salva la estéril esperanza de que Candela rompa el miedo.
Resistir a la locura de esta renuncia al amor. Pero, ¿ en qué forma y hasta cuándo ?, porque ella tiene terror de que esta cruel deserción invariablemente no tenga vuelta atrás y ella agonice por siempre en ese percibir que allá donde esté Candela la sigue amando.

2 comentarios:

noviembres dijo...

Sabias palabras las de esta entrada tan terrorífica. Dime, ¿ cuál sería esa receta que, estoy segura, habrás comunicado con todas tus energías a la/s Candela/s que conozcas? es que la curiosidad guía mis pasos, allá donde voy, allá donde leo...porque supongo que la intensidad que se respira en este relato procederá de la vivencia real de alguien conocid@, alguien a quien no deseas ver en semejante estado de desesperación. Alguien por quien habrás hecho lo humana y solidariamente posible, cierto?
quizá la única cura posible para tus Candelas sea sepultar el recuerdo de lo imposible con uno, con nuevos amores, que sí sean tan viables y reales como la vida misma de todos los días, no crees? Creo que cuando Candela decida asumir ese paso habrá empezado su camino de resurrección. Empezará a respirar de nuevo como si la vida fuera algo digno de ser vivido y la renovación de la esperanza hará posible cualquiera de las maravillas que suele imaginar, en esa mágica correspondencia de.....claro, ya lo sabes, del Universo.
Saluditos

alasdemariposa dijo...

Bueno Candela, es la que se marcha, por razones que antepone el amor,pero que de algún modo decide ella, la otra ,que aquí aparece sin nombre, digamos , que deciden por ella, no le dan elección a elegir. Y no sabe a dónde agarrarse si al saber que a pesar de todo Candela la ama, o a que su amor no es tan fuerte, por no elegirla a ella.
Y la cura, creo, se vive para todos de distinta manera. El tiempo y nuevos amores son dos grandes aliados. Como dijo Gala:En nuevas manos pongo nuevos remos
y nuevas torres se alzan de la ruina.

Otra alegre mañana determina
el corazón del mundo y sus extremos.
Juntos, alma, tú y yo inauguraremos
este otro amor y su preciosa espina.
De todas formas la resurrección de ambas puede ser tan distinta como la cura.
El olvido de lo amado es de lo más díficil de este mundo, no sé si podríamos llamarle resurrección porque hay veces que algo de tí muere con él.
Hablemos más bien del camino de la Esperanza para que de un modo u otro, se halle la forma de volver a tener pedazos de felicidad.