domingo, 27 de septiembre de 2020

Reconciliación.

 


Me voy adaptando al tiempo

en medio de alusiones que me muerden

o que me acarician el alma.

Me voy tras una sonrisa,

me entretengo  en la diminuta luz de una mañana 

que amanecía en consonancia a un abrir y cerrar de sus ojos.

En esta reconciliación prudente y reflexiva,

donde los relojes se ponen de su parte,

y este frío de la mañana hace que me arrope 

con los recuerdos que hacen cabriolas entre las sábanas

y desordenan pasado y presente,

me encuentro en la pérdida inevitable

de las voces pretéritas que me reconocen.

Cruzar los espacios es

advertir, rozar , hallarse las cicatrices

de esas heridas que tatuaron la línea 

del principio y el final.

Y aquí estoy moderando entre los ayeres

 en que no la quise 

y entre los que no me quería.

Llevando al sueño a un imsomnio 

que no tiene prisa por dormirse.

Recordar a veces es un consuelo,

es desatarse las manos 

para tocar la alegría,

saberla nuestra allá donde fue.

Aunque también  a veces sea,

amarrar al corazón al extravío

de lo que fue nuestro,

y que no regresa porque practica y aprende

el idioma del olvido.

Traigo a la memoria 

el orden y la confusión ...

La risa y el llanto...

La seguridad y desconfianza

de un amor perdido.

Y a ras del sentimiento vigente y  consciente, 

intercedo , recomiendo , elijo pasar página.

Y seguir leyendo lo que escriba la vida.

Sabiendo que no es posible comenzar de cero,

ni  recuperar el tiempo.

Mañana, después,luego...

Adverbios invariables que pueden 

modificar cualquier verbo.

Me estoy habituando, 

calmando detrás del calendario.

Repaso las horas.

Sé que me duelen mucho menos,

Y esta es la medida, la métrica

y el acento de este verso.














viernes, 18 de septiembre de 2020

Desde y con la lluvia.(Dueto).


 Esta tarde, la lluvia.

El agua densa que regala calma,
en gotas lentas y pacientes,
escapadas de una nube pasajera
hacen filigranas de cristal sobre las aceras.
Sin prisa por mojar.

Huele a fin de verano,
a brisa detenida,
a nostalgia,
a puntos sin apartes.

El incipiente otoño adelanta sus colores
y planean sus sombras ambiguas,
aún desdibujadas,
sobre las historias que te leía.
Esas que quedaron marcadas
en el libro que no acabaré .

Tan solo fue ayer cuando perseguí tus pasos en la orilla,
la misma en la que una vez deposité el deseo de un último verano.

Estar y ser.
Permanecer en sigilo,
esperar.
esperarte.
Saberte sin llegar a alcanzar el nuevo rumbo de tus pasos.

Tus pasos, perdidos en calles indiferentes a nuestras huellas,
Un pavimento que desconoce el rastro,
el ritmo que te trae a mi encuentro.

Qué estás haciendo?
Te llueve mi nombre 
en forma de precipitaciones urgentes
por mojarte en mis labios?.
Yo me estoy empapando de tu ausencia, 
calándome la piel y el alma en esta soledad 
que abraza y rodea cualquier ilusión que sepa de ti.

Esperar, esperarte, 
convenciendo al tiempo que nos pague,
recompense los días que nos debe.

No hay nadie en el bar de la esquina,
sale fuera la música...
un bolero , una suave y conmovedora melodía 
que pone banda sonora a la añoranza del corazón.

Un corazón que te piensa,
que te quiere, que te busca.
Que te inventa abriendo un paraguas para dos,
en esta tarde donde el agua lenta
hace filigranas
y adorna en forma de lluvia y versos
un cielo que dejó de ser azul
para llorarte.

Para llorarte lenta y pacientemente
con las gotas que te conté
que se escapaban de una nube
que por pasajera ya no está.
Y anda enredada con el viento
que silba con acordes e insiste
en llevarse mi voz.

Esta voz con la que te nombro bajito,
con la que pregunto dónde estás,
e intercede en tu silencio,
apagando todo ruido que no tenga respuesta.

Esta tarde, la lluvia
no es solo un avance de otoño,
es un pretexto, un motivo, una excusa,
para rendirme a la necesidad de tu boca,
de mi cuerpo calado de ti.
Y yo no puedo más que rendirme sin condiciones.

(Halley + Alas de mariposa)














miércoles, 9 de septiembre de 2020

Las seis y diez. (Dueto)

 


Te quiero, princesa
y sonaba como un sueño.

Parad los relojes que se ha muerto el tiempo.

Me he quedado mirándola por  detrás,

después del último beso.


La nombré allí
donde todos los sustantivos eran su nombre
y todos los verbos conjugaban su risa. 

Son las seis y diez
en un lugar que desde entonces
ya no es cualquiera.

Sin prisa,
en otras bocas y otros besos.

Dentro de nada,
se evaporará el sonido
y la palabra.
La realidad será certera, 
como siempre;
Una batalla perdida,
lejana,distante...
que deja marcas
en los perfiles de un recuerdo.

Recordaré que mi corazón boqueante ha rozado el borde de sus labios.

Maltrecho de naufragios y periplos imposibles,
se aferró a su prisa por no renunciar a una parada ante mi puerta.

Pero durante un instante que pareció una renuncia
la vi regresar,
giró sobre sus dudas en un revuelo de hojas
y dibujó en el aire un adiós que apagó la tarde.

Ahora, en el tiempo a destiempo, vivo en sus límites merodeando sueños.

Sigo siendo las de las seis y diez.
Y aún espero que ella me encuentre
después del último beso.

(Alas de mariposa +  Halley)

viernes, 4 de septiembre de 2020

A Bruli, a Flaco , a Zowi y a todos los que no os quisieron.


 La sonrisa tan triste

como una tarde de duelo.

Tiembla del miedo

que aguanta su cuerpo.

Que desequilibra las ganas 

entre quedarse y salir corriendo.

Le llamé - Chico!

Y le desconcertó el sonido

de una voz a la que parecía

querer aferrarse ,

como se agarra el aire a un suspiro.

Se ha acercado 

cuando yo me he alejado.

Prudente,temeroso...

cautivo de media soga que lleva 

al cuello,

residuo, marca...

memoria de una existencia de perro,

repleta ahora de parásitos y heridas,

que desconoce la bondad de un dueño,

que encargó a la muerte

quitarle la vida.

     

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Mes nueve.

 Septiembre despide, desaloja,

un verano suspendido en  litorales verdes, 

 y  ojea, rastrea un invierno

lacerante y cínico 

que lesiona e hiere fechas.

Y que desconoce a la primera persona  

de un plural 

que se reviste, se trajea de otoño...

aguardando...

Insistiendo en  el presente indicativo  

de una primavera siempre nuestra.