sábado, 27 de enero de 2018

Y levanté mi copa y brindé por ella...

No tiene sentido brindar por ti?.
Qué más da, hace tiempo que hago muchas cosas sin sentido.
Está dulce el licor.
Imagino cómo sería beberlo de tus labios
y de pronto me apuñalas la imaginación.
El hielo entona una melodía que nunca compartiremos;
un paso adelante, tres pasos atrás
y choca contra el cristal tan indiferente, que nos separa.
A tu salud.
Por no quererme. 
Fíjate cuántas contradicciones es capaz de despertar un vaso medio vacío
y esta desilusión de esperar lo que jamás será.
Porque no quieres hablarme... porque no quieres conocerme.. porque te giras a la derecha
y desapareces cuando apenas yo estoy doblando la siguiente esquina...
porque no reconoces mi voz.. porque hay tantos por qués que esto parece un alegato a tu indiferencia más que un brindis de amor a este desamor tan tuyo.
Pero puedo entenderlo,
o hacer  un simulacro de intento. Entiendo que puede que seas sólo una inspiración para escribir de lo único que sé,
y me sirvas de pretexto para seguir soñando cuando ya no hay sueños. Entiendo que si no has estado en ninguna mujer más,
e incluso que si  yo no estoy en ninguna mujer más,
podría ser "culpa" mía, no solo por el "estigma" que parece prender en
si no porque me faltaron las agallas que me posicionan ahora en el lado de tu ausencia.
Y ni siquiera los “ellas se lo pierden" me salvan de este fracaso,
ni me consuelan del desconocimiento de tus dedos por mi piel...
Bartleboom era mi utopía.
Y mi guarida contra el viento del norte.
Tú siempre me has dejado con la miel en los labios.
Y siempre te he escrito porque ignoraba que no sabes
o no has querido leerme lejos de versos rendidos a tus pies.
Aún así, brindo por ti,
por tu manía de contradecirme,
de estar asentada en un terreno baldío para un encuentro a dos almas
y sí, también a dos cuerpos.
De qué manera se desliza tu blusa por tu espalda? .
Qué soy yo capaz de curarte?.
Qué hay realmente entre el silencio y tú?.
Yo aún sigo pensando que me conocí en tu cintura,
y compruebo que el alcohol me hace quererte más,
quizás porque nubla razones
y quiere un delirio de letras una vez más.
Puede que sí, que sea quererte, la tabla que me mantiene a flote en este ir y venir a ninguna parte,
a ningún corazón acorde a esta realidad de ser circunstancialmente yo,
incapaz de enamorarte
e incapacitada para desterrarte de una memoria programada para añadirte a cualquier ilusión pasada o futura.
Brindo por lo que tú y yo podríamos saber
y no conoce otro ser del planeta.
El hielo es ya un recuerdo,
como tus ojos de madrugada.
El último sorbo trae la nostalgia aquella de un roce intencionado,
y ni la noche ni yo estamos bien.
La noche, porque tiene tanto frío como una pasión de amor inerte,
y yo  porque te extraño en esta noche fría.
Aunque hace días que no estoy bien; me duele y me enfada por igual,
lo que en otro tiempo me parecía solo anécdotas para contarte en su momento.
Ahora, que siento más que te estoy perdiendo,
que ni el calor de la sangre, (causado por el Sheridan's) me quita este escalofrío intenso,
estoy triste,
como esa amante que canta canciones de amor desesperadas, como todas estas palabras.
Como este brindis que  sobrevivirá a los tiempos,
que se queda perenne en este mausoleo tan céntrico de mi corazón , y aquí.
Deseando traerte algún día para decirte  que todo es tuyo,
la causa, el motivo, el propósito de todo sentimiento que me nace en ti, aunque nunca lo correspondas
ni haya oportunidad de decírtelo frente a frente,
como deben hacerse las declaraciones de amor.

miércoles, 17 de enero de 2018

 

Hoy me acordé de ti.
No sé, Entre las doce y las dos
andabas debatiéndome que me querías más que mi ex.
Tú experta en ciencias optabas por las letras
para explicarme el pretérito pluscuamperfecto del verbo amar.
Tender tu voz entre las sombras,
saltarte el tiempo establecido para no dolerme,
y yo oyendo si el silencio y mi corazón sabían aún tu nombre.
No sé. Los recuerdos quizás sean pequeñas pruebas
que vienen a examinarnos...
o una imposición por esa canción que no hemos dejado de cantar en toda la mañana...
o simplemente un paseo de la mente por la otra orilla del río,
en otra estación distinta a esta,
bajo las horas de un reloj atemporal,
pero a solas.

miércoles, 10 de enero de 2018

Reflexión

Hasta que no hayan leído en tus ojos,nadie sabrá traducirte.