Tira de esa puta puerta,
llévate esta monomanía de coleccionar pronombres posesivos que empiezan por t .
Administra el tiempo caprichoso que me detiene a esperarte,
de la peor forma que puedas.
No me supongas en instantes,
ni en la más mínima teoría de posibles.
Cansada estoy de timarme,
de estafarme con besos nominativos que endosas a otros labios.
De hurtarle a la noche cinco minutos
para que no termine otro día más sin ti.
Yo soy un claro ejemplo de corrupto reincidente.
Que incumple, quebranta, desacata realidades.
Que se sienta a impugnar poemas de amor
con la premeditación de que los reclames algún día.
De nada sirve persuadir, engatusar a la ilusión
para que convalide, legalice más horas a la cohabitación
entre tu mundo y el mío.
Y en esta coyuntura de realidades
no queda más razón que agarrarse a la lógica.
Quedarse detrás,
cuando tires de esa puta puerta
y ceder el paso al destino
que tú habrás determinado al hacer caso
de mis absurdas peticiones
y de tu corazón.