domingo, 29 de julio de 2018

lunes, 23 de julio de 2018

Discúlpame.

Discúlpame. Esto de esperar ya no se me da muy bien.
Creo que deberías venir a despedirte
y despeinarme el alma en esa brisa que levanta tu paso.
Tendríamos que haber vivido un poco de magia
antes de descubrir que el truco es trampa.
¿Qué ha pasado?.
¿Qué nos ha pasado?
¿Tan difícil fue coincidir en una hora que parecía esperarnos?.
Discúlpame, sé que no tengo derecho a estas eternas reclamaciones,
siempre, siempre, digo que serán las últimas
y lo último siempre son las primeras ganas de verte.
Lo tengo todo en contra, lo sé.
Pienso que quisiera empezar de cero,
pero el cero es nada,
y yo sé mucho de ti como para privarme de tus recuerdos.
La noche es el telón de fondo donde cada día te escribo adiós,
alguna estrella parece sonreirme en un intento de que no rubrique un final.
Pienso que allá donde estés no hay oportunidad,
ni siquiera un maldito saldo de ocasión, para burlar al destino.
Yo puedo pasarme toda la vida inventándote, llamándote, amándote... en cada letra,
pero ya ves, no sirve.
Esa no es la fórmula secreta.
El secreto está en que sin tú saber que te escribo,
sepas que eres mi poema favorito.
Discúlpame si hoy tengo el corazón tan tonto
como para haber vuelto a extrañarte tanto,
son cosas y causas de la soledad,
que me vence sin remedio.
Cuídate, sé feliz...
Discúlpame por no llegar a tiempo.
Si pudiera, estrenaría reloj  y calendario,
y haría del verano  un infinito espacio donde sentarme a esperarte.
Pero hay rumores, murmullos, ruidos
de que no hay cruces de caminos.
Para eso, quizás, yo no tendría que ser yo,
tal vez no supiese escribir...
no me rasgarías en cada letra...
Pero entonces... alguien te seguiría queriendo como te quiero yo,
porque es imposible, Amor, que no estés y que no nos duela.

domingo, 22 de julio de 2018

La voz más bonita.

Es verdad que soy de voces. Quien me conoce lo sabe. Es verdad  que se me conquista un poquito con el oído (izquierdo😀). Es verdad  (y lo sabéis) que si se me pronuncia la ese a mil metros de la zeta...hablamos ya de otro nivel, jajajaja. Bromas aparte, todo esto viene porque hace un par de días le dije a una persona que había conocido la voz más bonita de mi vida(no me feliciteis por una futura Yolanda que no van por ahí los tiros, jeje). Mi amiga me contestó que era algo entrañable. No sé si será entrañable pero sí que es verdad. Y llegado a este punto podríamos pensar que quizás por hache o por be algún día esa voz leyera esto,. Quién sabe. Llegado también a ese punto cabría puntualizar que total e indiscutiblemente fue la más bonita en sonido, no en contenido.

domingo, 15 de julio de 2018

Perros de cuneta.

No hay animal más triste que un perro de cuneta. Cuando llega el verano, buscan con la punta de su frágil hocico el imposible camino de regreso a casa.
Han sido despojados del collar, rebajados a la categoría de engorro que se tira cual mueble viejo para la hoguera de San Juan.
Puede que el perro sea el mejor amigo del hombre pero no todos los hombres merecen ser amigos de los perros.
El verano pasado viajaba yo hacia el sur, por carretera, como siempre. Me habían invitado a inaugurar un centro cultural que llevará mi nombre en una calle que incomprensiblemente todavía no lo lleva.
Por prudencia, yo procuraba no mirar el paisaje para no tropezarme con el melancólico desconsuelo de esos animalillos abandonados a su perra suerte. Una vez dejan de ser cachorros, ya no son el capricho de infantiles y estridentes aprendices de matarife y conviene borrar las pruebas del delito.
La infancia es, siempre lo he dicho, la escuela de los desalmados.
Aunque no quería, en un momento dado miré fugazmente hacia afuera y allí le ví, perro sin dueño ni más rabia que el olvido. Nos detuvimos, claro, para recojerlo y adoptarlo. Lo acaricié, lo abracé e intenté aplacar sus temblores con silencio y respeto, dos formas de mudo y mutuo sentimiento.
Era de noche. A la carretera la engulló un paisaje que le rezaba a la Luna con la oración monocorde de los grillos. Sentí que el perro se dormía y percibí el latido de su corazón, costalero en la cuesta de Iscariote.
Así seguimos, yo preguntándome qué clase de animal podía haberle abandonado, acostumbrándome a sus jadeos de jubiloso pedigüeño.
A lo lejos, las estrellas fugaces rasgaban el telón tejido por San Lorenzo. Si cierro los ojos, puedo oler los días que siguieron: mis perrillos y yo, en un campo de amapolas, brincando y jugando.
Cada nuevo perro es una aventura y me produce una desazón parecida a la que experimento en las noches de estreno, cuando la obra todavía es un esperanzador melón por abrir.
Enigmático, el perro dormía entre mis brazos, ajeno a la realidad de desastres e injusticias que desgranaba la radio.
Cerca de Córdoba, nos detuvimos. Se escuchaban, lejanas, bulerías rociadas con esdrújulos acordes de bordones y palmas. El perro se despertó. Nos miramos. "Te llamarás Azahar", le dije casi entre susurros, "porque es una palabra que nadie pronuncia mejor que yo".
       (Antonio Gala)

viernes, 13 de julio de 2018


jueves, 12 de julio de 2018

Esto no es amor.

Las olas del mar intentan con todas sus fuerzas alcanzar las altas rocas de los acantilados.
Desde el mirador que ofrece las impresionantes vistas, como un ventanal abierto al mismo mediterráneo,Laura llora en una sintonía perfecta con la lluvia que cae.
Y ¿ quién es Laura?.
Hoy Laura es lo que podríamos denominar la sombra de aquello que fue. Mirarla ahora es como encontrarse sólo los vestigios de lo que ha sido en otro, otros tiempos.
Cualquiera que no la hubiese conocido antes de hoy, no podría percatarse de que está mujer que llora frente al mar, es sólo el resto de otra.
Pero aquellos que la conocieron, incluso si desconocen su último año de vida, aprecian al instante que de Laura pueden reconocer si acaso, cualquier prenda del vestuario que quizás usara, una pulsera, algún bolso...
Porque no es principalmente que haya perdido peso y su perfil te cuente la crudeza de las horas sin hambre y sin sueño. Quien ahora la ve puede ver que ha perdido parte del alma.
¿Que cómo se ve tal cosa?.
Nada más verla te lo dicen sus ojos. La luz verde que parecía emular la primavera, se hunde en un pozo rojo de tantas lágrimas, y al momento ves que la tristeza que le nace en el alma, se le cuela por ellos.
Su andar es lento, como si nunca quisiera llegar a ninguna parte. Le cuesta estar en su cuerpo y la mano izquierda le tiembla, dice su amigo Carlos, de miedo al compás del corazón.
Laura observa la caída libre de una gaviota. Piensa que ojalá fuera ella y tener la valentía de lanzarse así al mar. No para morir y que tuvieran que decirle a su madre que se había suicidado, pero sí para que un fuerte golpe en la cabeza hiciese por ella lo que no puede hacer.
Ella lo ha oído muchas veces y sabe también de un hecho concreto sucedido a una vecina;Tuvo un accidente y nunca más volvió a ser la misma.
Ella quiere eso. Quiere no ser ella.
Desprenderse de ese dolor constante que nota cómo desde lo más profundo le traspasa la piel. No saber de  la infelicidad, el vacío, la pena a la que está expuesta desde que supo que el amor de su vida fue una mentira.
Que ese amor que ella conoció, eligió y profesó no había sido jamás correspondido.
Eso, Laura lo sabe, fue como acercarse a la muerte.
Después de seis años, mentiras, traiciones, a raíz de una discusión y de una llamada de teléfono, salían de sus escondites. Entendiendo Laura que no conocía a quien se suponía estaba enamorada de ella. Alba era una total y absoluta desconocida.
¿Se pueden fingir el amor, el deseo...por tanto tiempo?.
Sí. Alba fue experta en eso.
Cuando Laura vivió aquel día lo único que tuvo claro es que aquella mujer con la que compartió tanto había hecho del amor una comedia, un sainete de mal gusto. Su corazón que no había sido prevenido de la mala obra y que confío en la alegría de estar y sentir a Alba se limitó a temblar en una sístole y diastole constante entre la amargura y la rabia.
El ocaso tiñe la tarde con sus mejores galas. Laura sigue donde estaba, en un maremágnum de emociones y contradicciones.
Piensa que siempre será así, que ya no hay otra manera. Siente la vida como una agonía eterna, vencida en un dolor infinito.
Que aún no sabe que no lo es. Porque vendrá un día en que sin apenas darse cuenta será diferente. Mínimamente, seguro, mas lo será.
Y será el principio del fin.
Porque el amor no mata.
Y hay algo de lo que ella presumía antes de todo esto y que se le sublevará aunque no quiera.
Ella lo decía, nació para amar, y esto, esto no es amor.
El amor es como esas olas que intentan alcanzar con todas sus fuerzas las rocas de los acantilados y lo consigue.

miércoles, 11 de julio de 2018

Ojeriza

Vale. Ya está bien. No imagináis la tirria, odio, aborrecimiento, repulsión, animadversión, antipatía, manía, ojeriza y todos los sinónimos habidos y por haber, que le estoy cogiendo a eso de: cualquier día, cuando menos lo esperes aparecerá alguien... Parece que seáis tod@s grandes videntes, conocedores ilustres del universo y todos sus resquicios. La bola de cristal, la quiromancia, el tarot... se me presentan como apéndices de los que no podéis libraros. No hay nadie capaz de decir que puede que ya no. Que ya no hay más posibilidades, que todo está cumplido, que el cupo de amores está agotado?. Sinceramente, perfectamente puede ser así, no?. Es bueno a veces, alimentar las esperanzas?. Quizás sea hasta mejor que te abran los ojos. Pero de verdad, sin medias mentiras de estas de: La ilusión no se puede perder o ellas se lo pierden. En serio, el ellas se lo pierden es tan pésimo (para mí) como todo lo demás. Acaso sabe decirme alguien qué se pierden?. Creo que si alguien me lo repite, no tendré más remedio que traerlo por aquí y me lea. Y dejar de asentir con un : Ya, o eso tan recurrente de : Por intentarlo que no quede. Simplemente porque ya no comulgo con aquello de la buscaré hasta por el IMSERSO. He dicho.

domingo, 8 de julio de 2018

El mismo lugar ya no es el mismo lugar.
Al fondo, la misma mesa ya no es la misma mesa...
Es, como si de  de aquella película, hubiésemos interpretado  sólo el final.

domingo, 1 de julio de 2018

Pensamientos míos...

Cuando no puedo dormir, pienso. Los pensamientos se me van por cualquier camino y a veces les veo regresar a carrera abierta. He pensado en que me gusta que sea más temprano de lo que me despierto. En el miedo que tengo a los genes compartidos que no podemos o podremos evitar. Los ronquidos de mi perra son la sintonía de la madrugada. Y he pensado en la suerte de dormir así, a cuatro patas sueltas, sin más desvelo del que te obliga algún ruido demasiado fuerte. Ojalá yo en otra vida, si sigo sin ser bailaora de flamenco, sea un perro. Pero siempre lo digo, un perro al que quieran.También quiero ser una bailaora de flamenco a la que quieran, eh?.😀 El otro día alguien me dijo que la vida es una mierda y ahora pienso en todas las veces en que yo he pensado eso. Solemos alertar al que nos dice eso, de casi el sacrilegio que está cometiendo, pero pocos no han sabido alguna vez que la vida es una mierda. Algún día habrá que pedir responsabilidades a quien corresponda por toda esta suerte mal repartida, a que sí?. Pienso ahora por qué no habrá suerte de mi talla, a mi medida, es como con los pantalones, siempre se me caen. Sí porque en realidad tengo una 39 y una 37,según se trate de vaquero o no, y como en la ropa no existen las tallas impares, ahí ando siempre, con más ajugeros en el cinturón que un escurridor. Para que no se me "escurran" los pantalones, como se me escurre la suerte. Ojalá hubiera cinturones para ajustarse bien la suerte a la cintura.Sería estupendo decir o que nos dijeran : qué bien me /te queda esa suerte. Ayer mientras me duchaba sonaban muchas canciones, de hace muchos años, también he pensado en eso, sonó aquella de los Ricos y Pobres, y es verdad que la vi igual que siempre que entraba por la puerta de la clase cantándola. Dice mi jefe, que casi está ciego, que cuando sueña con su mujer, que ya no vive, que la ve tal cual era. Yo creo que al recuerdo le pasa igual aunque ya no lo veas. Quizá, quizá no, seguro que pese a todo, va perdiendo vista (y de vista), todo, menos el instante acontecido que suele estar impecable. He pensado en las canciones de mi vida;(con ellas) ;vuela que vuela y verás al mundo loco de atar, si canto, canto por ti, por un amor que aparece que nace y que crece dentro y fuera de mí. Cómo decir que me has ganado poquito a poco, tú que llegaste por casualidad. Cómo hablar, si cada parte de mi piel es tuya. Te extraño, como extrañan los árboles el otoño, en estas horas que no concilio el sueño, no te imaginas amor cómo te extraño.Pensar, hablar, soñar, llorar, luchar, reír, amar, sufrir.Soñar lo que fue nuestro, beber en las pasiones, caminar siempre adelante aunque tengas que sufrir, eso es vivir. Fíjate qué bien responde esta última canción a aquello de la vida es una mierda. Ains. Con una de esas canciones que han sonado hoy, he llorado. No es una canción que guarde relación directa con nadie que haya estado o esté en mi vida. Pero la vena se me puso sentimental y mientras la cantaba las lágrimas me iban bajando por las mejillas. Por qué? pues supongo que por lo mismo que alguna vez cuando escribo en el blog, por no tener la SUERTE, de lo que escribo tenga nombre concreto a quien dirigirlo. O bueno,puede que sea porque soy idiota y lloro sin más ; Hasta cuándo y hasta dónde he de esperar para que de mi tú te enamores. Pienso en las vacaciones, en que este año no me apetece nada, nada ir con parejas. Una amiga me preguntaba si era por qué eran de estas muy empalogosas, que mientras una te habla la otra le está besando el cuello. Y no es por eso. No hacen eso, ni son parecidos los motivos. Es por mi. No tengo el ánimo este año, para ver que otra vez voy "sola". Esa es la verdadera razón. Esa envidia a la que llamamos sana, pero que tanto no lo será cuando no nos deja indiferentes. Y bueno pienso qué haría si mañana el euromillón me diera una buena sorpresa😊. Y pienso en el adiestrador de mi perra que tendría que buscar para que aceptara una hermana y pienso que tal vez toque otro verano diferente el año que viene y pienso en los por qués para no conocerme y en los míos para yo no querer conocer. Y pienso que ya hay luz natural en la calle. Las golondrinas ya se están despertando. Que yo debería volver a dormirme, apagar el móvil e intentar que todos estos pensamientos se duerman conmigo. Una hora, dos, cuatro días, cinco meses... Al final es verdad que van a volver pero ahora mismo tienen, tenemos sueño. Otra forma de pensar,ya lo sé. Pero en esa, alguna vez...