sábado, 29 de septiembre de 2018

El Amor es solo una palabra hasta que alguien le da significado.

Un guiño para no tirar aún la toalla 🤗

domingo, 23 de septiembre de 2018

Reflexión

Sí, era bonito. Lo recuerdo lejano y a veces casi parece imaginación. Pero sí que lo era. Bonito, ilusionante, emotivo... Ya no. Era=  verbo pretérito imperfecto, que suena más presente indicativo que nunca.

domingo, 16 de septiembre de 2018

Y vive así de día en día...

Algún día, alguien, debería  explicarme
por qué te extraño tanto en momentos así.
Esos de emoción contenida
por lo que ocurre a mi alrededor y dentro mío.
Hubo un momento, tras la tormenta
en la que el sol, cabezota él, frente a todo pronóstico, sonrió en la tarde.
Yo quise, tras mi propio aguacero interno,
imaginarme, creerme, sentirlo como un gesto de complicidad, de aliento.
Una insinuación al eterno "quién sabe" de una posibilidad entre tú y yo.
Hablar de quien desconoces, puede, suena,
a locura,
lo sé.
Locura, paranoia, insensatez y absurdo crónico,
mi tarjeta de visita en esos instantes  tan extrañamente ligados a ti.
Está vez no brindé por ti,
me dio rabia hacerlo una vez más sola,
de verdad, que cada vez me cuestan más estos espacios.
Me rindo en ellos, pese a los guiños del cielo,
y aprovecho oportunidades para disimular te.
¿Quién te escribía a ti versos, dime niña quién era?,
te suena, verdad?, (la han cantado en la boda).
Yo pensaba mientras sonaba,
que de ese párrafo tú nunca tengas duda. 😊.
Por que ella es quién le escribe versos , ella es su amante, su amor secreto,
y de este tampoco.
Mientras tanto, yo me sigo identificando en este,
y vive así, de día en día con la ilusión de ser querida.

Amanece, buenos días. 


martes, 11 de septiembre de 2018

Entre el cielo y el infierno

Te he visto cruzar la calle,  tus botas han hecho bailar el charco de la lluvia de anoche. Han sido los dos minutos diarios que necesita mi corazón para reiniciarse.
Eres como ese café urgente que te pide el cuerpo para reconocerlo como tuyo.
Anoche soñé contigo, no es la primera vez, ni será la última. Fue un sueño bonito, no como otros que más que sueños son auténticas pesadillas.
Soñé que llamabas a mi puerta, me sonreíste y me dijiste, mi día no empieza hasta que no me regalas tu sonrisa.
Algo parecido a lo que me ocurre a mí, cuando oculta tras el visillo de la ventana veo que sales de tu casa. Entonces, cada día, inauguras mi mundo.
Helena mira la hora. Llegará tarde, como casi siempre, pero bueno, es la ventaja que tiene ser la hija del jefe.
No puede ni quiere renunciar a ese ritual de ver a Sara, que sea la primera persona que  ve cada mañana, sentir a veces que el viento le regala su perfume, o reírse cuando la ve luchando con ese mismo viento para que no le vuelva el paraguas.
Cuando ya pasa, se sienta a escribirle algo en el bloc de notas del móvil. Sí, podría hacerlo en cualquier otro momento del día, pero forma parte de ese rito que inició en febrero.
Recuerda que eran vísperas de San Valentín, Andrea, la chica de correos, la estaba invitando a tomar algo, mientras le entregaba uno de los muchos paquetes que suelen llegar a la oficina a diario.
Helena estaba improvisando una excusa cuando la puerta se abrió y conoció a Sara.
Desde entonces la oficina es un lugar entre cielo e infierno.
Cielo porque los ojos de Sara son un auténtico edén, un paraíso su boca, con una sonrisa que ni la mismisíma Julia Roberts.
Y un infierno por que Sara cuando por primera vez abrió la puerta, también vió a Andrea.
Y Helena sabe que la segunda persona que saldrá de la casa, que siempre espía, será ella.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Cierro la puerta tras de mí,
el indicio del otoño,
no sé si sea, una amenaza o una promesa.
El misterio de toda esta naturaleza
reclina la cabeza en el ritmo simétrico,
que visiona la fantástica razón de la vida.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

domingo, 2 de septiembre de 2018

Frenar enero, frenar septiembre.... Frenaaaar.

Se me duermen los brazos, la rodilla izquierda rezonga un idioma comprensible solo para la rodilla derecha, y ahí andan las dos sin nadie que las entienda. Me descubro alejándome los yogures a diez metros de la cara para poder verles la fecha de caducidad. La vista “Pepe Leches " ha retornado pese a los 3000 euros del láser. Los genes paternos-maternos mantienen una lucha de liderazgo a ver quién puede más. De la puñetera artrosis no hay día que no reniegue, ahora, dormir como una lirona en cuanto cierro los ojos, me en- can- ta. Parece que cada vez va quedando más atrás aquello de repasar el día cada noche, de pensar y pensar... Ahora es tocar la sábana y Morfeo no me tiene piedad. Algo bueno tiene que tener todo este declive. Porque es un declive, que lo sé yo, y lo peor es que sin remedio. Pues no me cuesta "ná" ya levantar las pesas. Y levantarme del suelo, tras hacer las pesas?!, eso es otra historia, o mejor dicho otro chiste. El otro día hice sentadillas, diez, sentadillas, No minutos, eh?. Madre mía qué malo es esoooo. Tenía que haberlas hecho con veinte años para comparar. Total que con diez sentadillas me iba a morir de las agujetas, una pena que daba yo, pero lo malo de hacer sentadillas no es las agujetas!!, eso lo descubrí al día siguiente. Lo malo de hacer sentadillas es hacer sentadillas con las agujetas de haber hecho sentadillas. Una amiga dice que es por hacerme la chulita con el deporte. Como si a lo que yo hago se le pudiera llamar deporte!!. Más bien podría definirse en intento cotidiano de hacer creer al cerebro y al cuerpo  que hago deporte. Al cerebro por eso de la edad, parece que lo engaño, tampoco mucho, eh?. Suelta un chorreoncillo de endorfinas que no creo ni que le llegue a todos los huecos, pero bueno, él se queda contento. Pero al cuerpo, la madre que lo parió, a ese no lo engaño ni con toda la semana subiendo escaleras. Este va cuesta abajo, sin freno y sin permiso. Y mira que se lo digo, que qué prisa hay?, pues nada, michelín por aquí, descolgamiento por allá. Vamos Yolanda, hija, que como tardes mucho más va a ser verdad que me vas a encontrar como "clienta" del Instituto de Mayores y Servicios Sociales. 😂😂. Con más arrugas que mi cama un domingo a las cuatro de la tarde, pagando más por un tinte cubre canas y menos por el Adiro y el Omeprazol. Anda, mira por donde algo bueno!!. Ains, si esto de que no estés para frenar enero, ni septiembre es como el emoticono marrón de whatsapp. El tiempo, que me mira y se ríe, pasándome por encima, mientras yo me voy haciendo a la idea de que "tendré que soplar otra vela", pero sabes?, aún no tengo pastillita“pal" azúcar. Ja ja ja. Algo es algo, no?. Aún no está todo perdido. 😜

sábado, 1 de septiembre de 2018

Algo así