jueves, 31 de agosto de 2017

Roma.( Léase al revés ).


Cayó la moneda deprisa
como deprisa caían las preguntas
que no contestabas.

Venías sin hacer ruido,
bajo los 38 grados de un sol de medio día
o sobre el baile pausado de las aguas del río.

Mirabas mi cara de sorpresa
y hacías un guiño a la ciudad entera.
y regresabas a donde estuvieras en ese momento.

Eras una niña jugando al escondite.

En algún momento sentí que me rozaba tu sombra,
recuerdo que hice una foto
pero no hay más que el reflejo de un árbol 
proyectado en la acera.

Muchas veces miré al cielo,
(porque creo en ti en todos los cielos),
y vi como insiste la luna 
cuando dejo de contarte entre las estrellas,
quizás porque nuestro tiempo aún se está hilvanando
y tú habitas sus rincones.

No viniste a despedirme.
Pensé que era otra regla de tu juego, 
y no miré atrás
por no matar la ilusión de creerme
que tú volviste más temprano
y ya buscas lugar,
que no quede muy lejos
de nuestro destino.

Ya ves, la esperanza,como la ciudad,
es eterna.