miércoles, 28 de octubre de 2009

Siempre.


Yo también me casé. Para intentar arrancarme lo que sentía por tí.
Con un hombre, sí, ya ves que no fuiste la única. Sólo que los motivos fueron diferentes.
Tú te casaste con él para acallar rumores, callar bocas y por encima de todo hacerle ver a tu madre que eras "normal". Igual a tus hermanas,a tus primas,al resto de amigas.
Yo me casé por otra razón. Necesitaba vaciarme de tí. No quería que nada ni nadie me recordara a tí.
Sé que no lo amo, jamás lo he amado ni lo amaré. Ya sé que no es justo, pero no creo que tú seas la más apropiada para hablarme de justicias.
Me casé para huir de todo. Él me prometió llevarme lejos y en aquel momento era lo único que yo quería.
Él decía estar convencido de que un día me enamoraría de él, qué iluso.
Yo decía que qué importaba quien estuviera cerca si no eras tú. Quería tan sólo aniquilar este sentimiento que me destrozaba. Decía que lejos podría, qué infeliz.
Y ya ves después de tanto tiempo y tanto empeño, mira como estoy, apenas puedo mantenerme en pié, el corazón me palpita tan fuerte que me parece mentira que todos estos no se vuelvan para ver de dónde sale ese ruido y mira las manos,¿ ves ? están temblando. Toda yo estoy temblando.
Me he dado cuenta que tanta perseverancia por destruir el amor que te tenía no ha servido de nada.
Pero no creas que ha sido hoy, precisamente ahora, en este encuentro, cuando me he dado cuenta.
No, me daba cuenta cada día, cada segundo sin tí.
La distancia no es el olvido, lo diga quien lo diga, al menos no para mí. Para mí la distancia ha sido la muerte lenta, pero no de mis sentimientos hacia tí, si no la muerte de mi propia esencia.
Yo, ya no soy yo.
Aquella que fuí ya no existe, aunque ahora pueda parecertelo.
¡ Qué triste y qué vacía la vida sin tí !. Me daba cuenta a cada rato cuando los recuerdos como pinchazos levantaban este corazón tan cansado ya de extrañarte, pero que como perro fiel gozaba al verlos, husmeaba el aire buscándote y ansiaba tu llegada, atento siempre , siempre.
Sí, quizá SIEMPRE sea la palabra que defina mi historia.
Siempre he sabido que no amaría a ese hombre que aún así es mi marido.
Siempre me engañé procurando mantenerte fuera de mí.
Siempre he sabido que te amo más que a nada.
Y siempre voy a recordar este momento en que has pasado del brazo de tu marido y has desviado la mirada como por casualidad, disimulando que me has visto y yo sí me he quedado fijamente mirando , hasta que te has perdido doblando la calle y no he podido decirte nada de todo esto.

4 comentarios:

María dijo...

Uff... muy duro.

alasdemariposa dijo...

Sí, mucho.

Anónimo dijo...

¿Merece la pena tanto sueño en vano? o es mejor hacer el esfuerzo de olvidar a un amor (no correspondido) para que no siga doliendo y aniquilándonos toda una vida.
Supongo que ya lo has intentado.
Mucho ánimo

alasdemariposa dijo...

En este caso la protagonista ha intentado por todos los medios el olvido de ese amor. Pero se ve, que no lo ha conseguido.