viernes, 20 de marzo de 2020

Cuarentena.

El silencio es un eco que va rozándose
con la nostalgia de las cosas cotidianas.
Se abre la noche con un paréntesis
donde no sabes si meter más esperanza
o menos temor.
Estamos confinadas en un presente incierto,
inseguro,dudoso.
Circunscritas a un tiempo que se ralentiza
y hace de las horas días que tiemblan
al compás de las noticias.
Tengo la sensación de que se nos han frenado
en seco las oportunidades,
es tan incierto el después
que las ocasiones  de antes
son un cuestionario angustioso
en el que no sabes colocar las equis;
No sabe, no contesta,
y el mañana no me asegura un sitio,
un minuto exacto en el que descifrar tu boca
sea el principio de toda la poesía
que vendrá contigo.
La noche es un aullido de lobos 
ahuyentando el sueño.
Tengo el miedo encima de los párpados
y de todos los acentos
que ponen de relieve tu nombre,
sometido a esta pesadilla
espeluznante y real
que nos aísla y encierra
al otro lado de los sueños bonitos
donde tú cruzas la calle
y mi balcón es todavía
el mirador a la primavera que te escolta.