viernes, 16 de enero de 2015

Enero y yo.

Enero y yo siempre tuvimos mala relación.´
Él no soportaba que anduviera pregonando su frialdad
y yo detestaba quedarme helada cada vez
que pasaba por mi lado.

El tiempo que sabe de Eneros y de mí
Cansado, afortunadamente,
de esta correspondencia de rechazos,
conspiró con casualidades y suertes,
y tramó,seguramente,
que el destino sea hoy,
ya, en este momento.

Asignado este sino a caldear
los días del nuevo año,
al calor de su abrigo,
al de ella.

Que aparta el hielo de la madrugada,
sin apenas posar los dedos
en las aristas de estos amaneceres
que ya no queman de frío.

Si no de evocaciones a su lado,
cuando no está,
y tendencia a ir de mano de su alegría,
cuando está,
asfixiando las bajas temperaturas
donde se iba congelando mi felicidad.

Porque sí,
este convenio entre Enero y yo,
se pactó entre sus brazos.
contratando días pendientes
sobre el plano de su piel.
Seducido por su mirada,
acordando su risa.
(Que su risa sea el sello el legal
estampado en las horas
que todavía han de asistirnos).

Y este mes firmó
varado en la orilla de noches
en que la tengo y me tiene,
y yo suscribí inserta en las emociones
que me desvelan y me duermen
presintiéndola aquí.

Sintiéndola deshaciendo la contienda,
me acurruco a su lado.
Y el invierno avanza...
distinto...
ajeno a que somos dos quienes consideramos
la primavera en cualquiera de sus esquinas.