Pronto sería la hora de verla.
Frente a la ventana presagiaba el encuentro; la taza de café caliente entre las manos y la emoción del momento también en ellas.
Verla aparecer abriendo la mañana,con el cabello desafiando al viento era como un brindis que en aquel tiempo la vida hacía con ella.
A veces,en la espera,se imaginaba que la acompañaba,haciendo de su camino su propio camino... y otras, era su sombra y avanzaba siempre unida a ella.
Miriam era escritora y había hecho de la desconocida personaje de algunos de sus libros.Era su musa,su numen,su estímulo.Y no sabía nada de ella; ignoraba su nombre...desconocía hacia dónde iba...Preguntas sin respuestas que como llamaradas ardían en su mente el resto del día.
Al fin doblaba la esquina...el encuentro era breve, apenas cuatro pasos;uno,dos, tres...
Sin notar que los ojos de Miriam querían hacer del momento un instante eterno,volvía a desaparecer.
Cuatro.
Un suspiro la citaba para otro encuentro.
Bajaba la persiana.
-Hasta mañana-susurraba.
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