Como un punto diminuto la ve acercarse. Cada centrímetro que deja atrás Helena la aproxima más a ella. La distingue en la lejanía y a pesar de la multitud que irrumpe de vez en cuando en su campo de visión. Identifica aquella forma de andar, más cercana ya, el cabello al viento que según estableció Sara tendría el olor que tantas veces buscó en su almohada.
El tiempo pareció dar marcha atrás y se vió como años antes cuando esperaba a Helena en aquel mismo lugar y la avistaba a lo lejos y se quedaba quieta para que no la viera y no perderse un instante de su llegada, hasta que al final Helena la descubría y agitaba la mano en el aire y ella podía leer el hola en sus labios todavía en la distancia y saludaba también desde el otro extremo, y se establecía desde ese momento ya la coincidencia de sonrisas , la urgencia de coexistir y fundirse en los otros brazos .
Ahora Sara también está observando como llega Helena, quiere mantener los nervios en un equilibrio perfecto pero estos la traicionan saltando en caída libre desde las sienes al estomágo.
Cuando Helena alcanzó a verla a ella, saludó como entonces y toda esa revolución de nervios que había en Sara la hicieron temblar . El tiempo volvió a dar vuelta atrás, y movió la mano mientras se escapaba de sus labios un leve susurro de amor.
- Cuánto tiempo - dijo Helena cuando estuvo a su altura, Sara sonrió y buscó el abrazo entrañable de siempre. Un abrazo que fue reposado, dulce , fácil, correspondido . Que regresaba de una época en que ellos eran dueños del principio y fin de sus momentos.
Un principio que hoy las reconciliaba de la separación y la desaparición de sus vidas , y abría ventanas a un nuevo proyecto de amor. Y un fin a la amargura de saber que algo las unía para siempre y no querer reconocerlo.
2 comentarios:
Que bonito! esperemos que Sara y Helena puedan volver a vivir su amor sin que nada se interponga!
Claro que sí.
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