domingo, 15 de noviembre de 2009

La Venganza.


Nada parecía haber cambiado, aparentemente todo estaba dentro de la normalidad, mas Virginia sospechaba que algo era distinto, tenía una corazonada siempre alerta que la mantenía intranquila.
Los días con su paso lento de invierno no parecían diferenciarse unos de otros. Ningún contratiempo a la rutina dejaba entrever que como sentía Virginia se avecinaba el desastre.
Noelía siempre volvía puntual a casa, no eludía compromisos con ella, seguían los almuerzos e incluso las románticas cenas a la luz de las velas.
¿ Qué era entonces, de dónde procedía esa inquietud de Virginia por creer que siendo igual todo era diferente?.
Quería hablar con Noelía, contarle de sus pesares, pero cómo, ¿ cómo iba a decirle que dudaba de esta convivencia, de estos afectos tan visiblementes idénticos a los de siempre ?.
¿ Y qué denunciar en este hipotético juicio, qué alegato y qué pruebas presentar que responsabilizen a la supuesta culpable? .
¿ Era Noelía la culpable ? . Dudó . ¿ No sería ella causante de sus propias e infundadas obsesiones ? .
Decidió que tenía que poner fin a ese infierno en el que se consumía. Una tarde entró en el correo de Noelía, tanto una como la otra sabían de la contraseña de acceso.
No halló nada que evidenciara las sospechas. Buscó entonces en carpetas, imágenes, música, archivos y cuando completamente comenzaba a verse como una estúpida, celosa y paranoica novia, localizó un documento de word .
Era una especie de diario, donde Noelía narraba los encuentros, en el taller en que trabajaba, con su jefa. No leyó infidelidades, al menos no consumadas, era todo una veneración, un culto a una mujer a la que Virginia había visto en contadas ocasiones en su vida:
" ... Son sus ojos la luz que ilumina mis días. Ella no sabe de este amor ni sabrá nunca. La vida es así de cruel y a mí me gustan las mujeres y a ella no , y yo noto que mi vida son unos metros que ella recorre cada día entre despacho y despacho...
En esa devoción radicaba la traición, el engaño, la deslealtad ... más vergonzante por cobarde, hipócrita e incluso por conformarse Noelía con ella.
Suspiró profundamente, seleccionó todos los textos, los pasó a la cuenta hotmail y los envió uno por uno a todos los contactos de Noelía, incluido el grupo de trabajo y la idolatrada jefa.
_ La venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno _ se dijo Virginia _ y yo llevo demasiado tiempo en él.

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