De entre todos los contactos que Marga tenía en su messenger, la que más empezaba a ponerla de los nervios , era la chica de Sevilla, a la que no encontraba modo de hacerla comprender que no sentía nada especial por ella, que ni siquiera intuía para con ella una amistad más o menos afortunada.
Las que sí les inspiraban el deseo de conocerlas eran una chica de Madrid, otra de Palencia y una de Cuenca con la que llevaba seis meses de conversaciones y con la que comenzaba a consolidarse una buena amistad.
Un día Marga decide ir a visitar a la madrileña, la idea era dirigirse a Madrid y conocerla para después seguir hasta Palencia para conocer también a la chica de allí, pues como estas eran las que parecían "gustarle" más, aprovecharía bien el viaje para como solían decir los viejos refranes "matar dos pájaros de un tiro ".
Pero ocurre que la chica de Sevilla se apunta al recorrido madrileño. Marga llega a la conclusión que quizá la mejor forma de hacerla entrar en razones es verla en persona y explicarle a la cara que toda esperanza que tuviera con ella era en vano, pues de ninguna forma ella correspondía a esos sentimientos suyos.
Y ocurre también que la chica de Cuenca le comenta que podría escaparse en ese tiempo a Madrid y aprovechar para saber si esa amistad que había nacido funcionaría de igual forma cuando se tuviesen delante.
Marga accede a todo. A verse con la de Sevilla, con la de Madrid, con la Conquense y seguir después hasta Palencia.
Toda una maraña de idas y venidas que ciertamente a la que más temía era a la de la chica de Sevilla por esa pasión descontrolada, casi enajenada a veces , que presentía en ella.
Pues, llega a Madrid en las Navidades de casi hace ocho años atrás . De hecho no sé si al final se encontró con la chica de allí. La que no apareció fue la sevillana, tampoco sé si dió alguna vez motivos o razones de esta ausencia.
Afortunadamente Irene ( la chica de Cuenca ) , sí que llegó.
Se fueron de cervezas , estuvieron comiendo y por la tarde se despidieron con una sensación única.
Dos meses después Irene fue a ver a Marga a Valencia y ahí empezó todo. Todo un mundo de sensaciones e ilusiones que aún se mantiene en pié.
Es curioso. Es como si el destino o el azar en todo aquel entramado, fuera a su vez paciente y seguro, tejiendo esos hilos invisibles , esas casualidades , esos misterios... para unirse en este caso, una vez más, a la magia del amor.
7 comentarios:
jajjjaaj, qué laberinto de ligoteos, no? siempre me asombraré de esa facilidad que tiene alguna gente para mariposear sin descanso, incluso por los más recónditos rincones de la geografía, a miles de kilómetros de casita, "a ver qué se encuentran". Admirable la tenacidad en la búsqueda, no sólo por la eterna esperanza que destila sino por el enorme gasto de energías que despide.Si yo fuera Marga me leería, pa empezar, El Alquimista...jajaja
Saluditos y expresiones
Leí el alquimista hace tiempo. No lo recuerdo bien. Qué dice que se pueda aplicar a esto?.
Pues chicas, a mi éste relato, me parece de lo más actual, la gente se "conoce" o cree conocerse por haber entablado una bonita amistad, a traves de chats i otros medios y se lanzan, seguramente, con ésta sensación, de averiguar si, en persona, funciona igual este clima de amistad que llega a formarse, no sé si en nuestras mente, en nuestros corazones o simplemente en nuestra imaginación, cuando la persona que tenemos "al otro lado" se nos hace imprescindible para vivir. ¿Habeis tenido alguna vez, ésta sensación?
Saluditos
Anónimo ,es que esta historia se sigue repitiendo en el tiempo, por lo tanto es de lo más actual.
Un saludo.
este es el aeropuerto de el prat?
Ni idea anónimo. Es una imagen que encontré en internet.
Uno de los mensajes más sencillos de El Alquimista consiste en comprender que para cumplir los sueños más preciados no es necesario atravesar mil caminos en una epopeya de mil y un avatares. Puesto que la verdadera llave del tesoro rara vez residirá en los confines del mundo, sino en los de la propia alma. El alquimista viene a decir que es la aventura interior la que nos descubrirá el verdadero tesoro de la vida. En nosotros mismos está, esperando a ser saboreado, aquello que más queremos.Lo demás, llegará cuando no fijemos la mirada en lo exterior sino en lo interior.
En cuanto a lo que comenta el/la anónim@ ( qué gracia, Alas, tú también disfrutas de anónimos regalos, jajaja) no creo que estas alturas de la vida, cuando se nos presuponen cuarentones grados de madurez, sea posible experimentar una sensación parecida. Sería algo un tanto infantil, no crees? Quizá haya gente ciertamente inocente que se deje llevar por apariencias y fantasías y pueda llegar a crearse películas de Walt Disney, pero no creo que eso pueda ser algo duradero. Quizá tú si has experimentado algo así en el pasado? ayss, jjaj, ya me estoy pasando pero creo que a Alas no le importará que responda a la pregunta que pareces haber dirigido a las dos, cierto?
Saluditos y expresiones
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