El domingo, mi hermana trajo un libro de poemas, de un joven que ganó un concurso de poesía.
Lo he estado leyendo. Y comenté con ella la facilidad del chico para escribir una oda a una papelera, a la patata, a una farola, etc.
Tales temas me impresionaron y pensé lo imposible que me resultaría hacerlo a mí.
Sobre todo porque lo que más hago yo es enzalsar, festejar, comentar, ensoñar, evocar... y sucumbir ante la única propuesta.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Ay, desastre de ... ¿ poeta ?. ( ufff, que grande me quedó el término ) .
Menos mal que hay algunas palabras que aún me alientan, que dicen así:
..." Que no seas capaz , como me dices, de escribir sobre "cualquier tema" es un buen indicio, no un motivo de desaliento.
No creas en los que escriben sobre cualquier cosa. Las obsesiones tienen sus raíces muy profundas y cuanto más profundas menos numerosas son.
Y la más profunda de todas, es quizás la más oscura, pero también la única y todopoderosa raíz de las demás..."
Son palabras de Ernesto Sábato, aunque no recuerdo quién me las regaló (es broma, jeje) .
Aunque mirando el vaso medio lleno, también cabe la posibilidad de que un poema raquítico de amor sea merecedor de habitar la inspirada papelera y sugerir su minuto de gloria por aquello de " donde los sueños rotos forman un mosaico de muerte lenta".¿ No ?.
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