sábado, 7 de marzo de 2009

Ella escribió un nombre en la arena.
Recuerdo que casi se desbarata aquel viaje, pero allí estabamos.
Mi primer viaje con ella. Aquel verano que aunque me esfuerzo en recordar no sé de qué año.
Ella escribió como digo, un nombre en la arena, con la prudencia de que el agua ni lo rozace
siquiera. Me sonrió cuando hubo terminado.
Yo antes de que empezara ya sabía cual era ese nombre. Sólo decir que no era el mío.
Se levantó y avanzó contenta hacia el mar.
Yo me quedé allí reteniendo la furia de mi pié por destrozarlo. Dios, ¡ cuánto duelen
algunas cosas !.


3 comentarios:

Leo dijo...

Hace días que leo tus pequeños escritos y debo decir que siempre me hacen sentir algo. Pienso en esos momentos que todos hemos experimentado en algun momento de nuestra vida. No dejes de escribir, quiero seguir sintiendo...Leo

alasdemariposa dijo...

Gracias Leo.

noviembres dijo...

Sí, hay cosas que se hunden en lo más profundo. Por eso cuesta tanto curarse de ellas.