sábado, 28 de marzo de 2009


Amor mío que estás donde yo no puedo verte
celebrada sea tu llegada cuando venga a mí
ese viento naciente que hará a tu voluntad
que aquí en la tierra alcance el cielo.
Dame hoy la esperanza indeleble de tenerte cada día.
Perdona mis malditas dudas como también el miedo
que te ofende. Y no me dejes caída en tu olvido. Amén

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