Yo ya no te conozco. No sé quién eres , ni me reconozco yo .
Las manos que apenas me rozaban estremecían mi corazón
sujetan una áspera cuerda que estrangula este amor.
Tu mirada carece de pasión y emoción y pasa de largo al contemplar este derrumbe de pasiones y emociones .
Y tus palabras calladas en la penumbra de cualquier habitación son fantasmas sin cadenas, espectros de lo que fué tu voz.
Yo ya no reconozco el beso que me despertó ,
tus labios describen la amargura de tu boca de cartón; Indolente al exhorto de mi boca , al auxilio de mi alma rota con escena en el salón, donde rompo las fotos donde apareces tú y me destruye este jaque mate a media luz.
De entre todas las cosas , tengo la plena certeza de que tú no eres tú .
Tu cuerpo que antes era la desembocadura perfecta de mi amor se pierde indiferente entre sábanas sin calor. En la almohada mi cabeza investiga una explicación de esta lejanía a dos centímetros de colchón. De por qué no me besan tus manos y tu cuerpo no me habló .
Él que era el mar ... y era la arena ... y era el sol ... Hoy es la ola enfurecida que parte la roca en dos , que encubierta en la madrugada anega cada rincón donde no estás tú ni estoy yo .
Tan sólo dos extrañas de cara a la pared evitando el roce del alma y de la piel .
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