Noche,
ponme una de sueños.
Si me besa,
que me bese,
no importa si luego despierto
y de su boca solo queda
el adiós de un beso.
La realidad ocupa toda la cama
y yo no estoy durmiendo.
Dice mi alma
que apagues la cordura y el tiempo,
que respeten las alarmas
la sincronía de los cuerpos.
Que no madruge la mañana
y retenga la utopía
de mi perfume en su cuello
y mi pecho en su espalda.
2 comentarios:
Ay, sí, ronda de sueños, por favor :)
Saludos.
Me gusta esto, a la segunda invito yo! 🙂 Saludos
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