La esperanza bebe de las fuerzas activas del universo.
Y ella quiere beber a su vez continuamente de la esperanza.
No quiere que sea demasiado tarde. A veces la boca se le reseca en la espera y huye de ese continuado tiempo en el que te piensa y esquiva los recuerdos que quieren traspasar el alma.
Tiene que pensar que tiene que dejar de pensarte, centrar su atención en la viveza de la tarde pero una leve caricia del aire sirve de pretexto y se vuelca todo su interés en imaginar si a su paso te rozó el mismo aire.
Ningún sonido borra ese son convulsivo que desea regrese su mente a evocarte en otras tardes cuando al ritmo del amor brotaban noches con estrellas.
No quiere que se abra la puerta y no seas tú quien regrese, no quiere tampoco que la puerta se cierre para siempre.
No quiere que sea demasiado tarde. Y ebria en la expectación de tu retorno reclina su cabeza sobre la esperanza que bebe de las fuerzas activas del universo y resiste por tí una vez más.
2 comentarios:
Con ojos húmedos, salados en lágrimas, veo marchar mi esperanza.
Esa que alimenté día a día,
que fue mi impulso y mi energía.
Tan fiel, tan cotidiana,
que la siento marchar como a un alma amiga.
Se aleja, como paloma al vuelo,
sin un adios, sino un hasta luego.
exacto!, como un hasta luego,siempre.
Publicar un comentario