miércoles, 17 de marzo de 2010

Tratado de tristeza.


Mírame mañana cuando pase por tu lado, cancela este contrato estipulado con el venerable olvido.
Me duele este título que lo encabeza: Hoy igual que ayer.
Me estremece su cuerpo sustantivo en donde tan claramente se identifican mis desesperanzas y tus silencios.
Tiemblan mis miedos en mi exposición expectante a la tuya. Preocupados mis cincos sentidos , atentos a los pactos y acuerdos que no cancelas con la distancia.
Unas cláusulas normativas que niegan el navegar de mis sueños y como una ola salvaje despedaza mis ilusiones e interrumpe el tiempo en una espera que no se alcanza.
Cierras el contrato con la clara intención de demorar tu llegada, retrasar otro día la primavera
que florece de tu boca y desboca una bandada de besos en un azulado infinito.
Cuatro anexos para hacerme comprender su lectura, y yo no entiendo más que me pesan las horas sin tí. Que la noche es una prolongada vigilia donde mueren los versos. Que se me resiste la alegría y que no encajo bien que el viento sople otra vez ocultando tu nombre.
Apruebas otro nuevo pacto con la omisión, la amnesia, la postergación y el descuido, haciendo caso omiso a mis imploraciones y a mi negativa de rubricar este tratado de tristeza.

3 comentarios:

nocreoenbrianweiss.blogspot.com dijo...

sí, que triste.

Wasabi dijo...

Primaveras postergadas, sumisas al dominio del miedo, del desaliento y la indecisión, o simplemente doblegadas a la indiferencia...

Yo quiero primaveras anticipadas, de esas que hacen florecer los almendros en diciembre. No temo a la incertidumbre del mañana. No entiendo de contratos.

Felicidades, alasdemariposa.

alasdemariposa dijo...

nocreo...gracias por tu visita.
Wasabi yo también quiero primaveras anticipadas, y el contrato fíjate que me niego a firmarlo, al menos ese. Gracias por tu visita.