domingo, 7 de marzo de 2010

Los breves espacios de tiempo.

Coincidimos en el mismo tren , un día de estos meláncolicos de lluvia en los que cuando viajo mi trayecto es un paseo al pasado mirado tras los cristales con la música constante del agua.
Pero ese día mi itinerario iba de tus manos a la portada del libro queriendo descubrir tus ojos.
Leías, la isla bajo el mar de Isabel Allende, algo que anoté de seguida en el móvil para leerlo lo más pronto posible.
Tú estabas ya ensimismada leyendo cuando yo me senté. Me atrajeron a tí, tus manos de dedos largos que parecían acariciar el libro.
Yo quería iniciar una conversación , quería decirte que había leido Paula de la misma autora, que había llorado en cada página... mas no quería que mi voz rompiera aquella seducción de tus manos aún sabiendo que para escucharme levantarías la vista.
Me entretuve en inventarte un nombre y una historia. Eras en aquel momento Isabel en homenaje a la escritora y venías a Málaga desde el norte a encontrarte una vez más con tu chica y volvías con ese corazón irrefenable que no duda del amor ni en cortas, ni en medias ni en largas distancias.
Entonces la señora que se sentaba a mi lado frenó mi inventiva preguntándome con un tríptico no se qué del museo Picasso. Y estoy intentando explicarle a la mujer que esa exposición que me dice ya terminó, cuando veo que tú vas por el pasillo ,que el tren se ha detenido , que te vas a bajar y que yo no he visto el color de tu mirada.
Y sucede que así de repente te vuelves como si mi angustia fuese ahora el imán. Se cumple mi deseo y en ese breve espacio de tiempo el mundo se detiene en tus ojos negros.
Luego te busco por las ventanas entre la gente , sigo ignorando a la pobre señora que me tacha ya de mal educada, te localizo en el instante justo que entras en la estación y observo como salpica el charco de la entrada tus botas y a mí esta realidad de que se pueden prolongar en el tiempo los breves espacios de tiempo.


1 comentario:

noviembres dijo...

¿la pobre señora? jajaj, pues a mí me han entrao unas ganas de darle un empujón, que por su culpa se le escapa a la protagonistaa el amor..aysss
saluditos