La sonrisa tan triste
como una tarde de duelo.
Tiembla del miedo
que aguanta su cuerpo.
Que desequilibra las ganas
entre quedarse y salir corriendo.
Le llamé - Chico!
Y le desconcertó el sonido
de una voz a la que parecía
querer aferrarse ,
como se agarra el aire a un suspiro.
Se ha acercado
cuando yo me he alejado.
Prudente,temeroso...
cautivo de media soga que lleva
al cuello,
residuo, marca...
memoria de una existencia de perro,
repleta ahora de parásitos y heridas,
que desconoce la bondad de un dueño,
que encargó a la muerte
quitarle la vida.
4 comentarios:
¡Qué triste... y qué bonito!
Bsss
Saludos, siempre hay que plasmar las cosas como las traemos dentro, sin importar a que suenen, si a dolor, alegría o muerte, así las cosas.
Triste y real.
El final me ha robado el corazón.
Que gran frase.
Besos.
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