viernes, 9 de noviembre de 2018

Los mejores recuerdos saben sonreír.

Abrir un cajón cual cápsula del tiempo
y espantarte por el color de la camisa,
por ese tiempo con tanta prisa
que mentalmente te pone a contar años.
Quieres recordar la estación
y se te confunde entre últimos días de primavera
o principios de verano.
Impecable, intacta la foto,
te cuestiona si te reconoces,
si volverías a por algo o alguien de las que sonríen a la cámara.
Y te das cuenta de que sí,
que no dudarías un segundo en retroceder todas las agujas de todos los relojes del mundo,
en quemar, como  antiguo bibliocausto,
todos los calendarios que llevas a cuestas,
por traerte ese esbozo de sonrisa
que se diluye entre recuerdos
en un cielo azul
y rojo,
y naranja,
y arcoiris...
y negro, como la más negra de las distancias.
y que sabes muestra
mucho menos de lo que siente.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Es que volver a vivir/recordar lo bonito que nos ha pasado en la vida, no tiene precio. Yo sólo ne arrepiento de lo que no he hecho

Anónimo dijo...

Bonita manera de describir un recuerdo...Besos, do

Nabila dijo...

Precioso tu recuerdo ,es que estamos hechas de recuerdos que no se pueden borrar.

alasdemariposa dijo...

Anónimo, tienes razón.

alasdemariposa dijo...

Anónimo, Gracias.

alasdemariposa dijo...

Nabila, Gracias.

Maria Navarta dijo...

La mente evoca los recuerdos que te hicieron sentir...la vida te lleva a ellos

alasdemariposa dijo...

María, la vida es la que da recuerdos, es verdad, de todas clases.
Lo que hoy vivimos mañana pasará a ser un recuerdo.
Lo ideal sería que todos fueran felices.
Es la otra cara de la moneda, el que no siempre es así.

Maria Navarta dijo...

No siempre...