domingo, 17 de abril de 2016

A pesar de.


Pese a lo puta que es la vida,
siempre aposté a que tiene que salvarme
aunque el agua me llegue a besos y cuellos sin morder.

Te quedan tres años para ajusticiarme y enterrarme en tu cuerpo.
Luego, después creo que ya no.
No insistiré  ni incitaré más a la suerte.

El resto del tiempo me dedicaré a despedirte,
con la misma intensidad con la que tantas veces te he llamado.

Nos iremos yendo de donde nunca estuvimos.
Oyendo el silencio que nos deshace,
tú, con la mirada ausente en la tarde
que nunca nos presentó.
Yo, con la noche a cuestas,
pendiente del beso que oscila en la luna
y que no cayó en nuestros labios.

No hay comentarios: