domingo, 21 de febrero de 2010

la virgen del perdón.


Esta mañana, apenas el sol comenzaba a desperezarse , sonó el móvil de Claudia. No estaba dormida así que no la despertó.
Muy lentamente tomó el teléfono de dentro del cajón de la mesita de noche , pero en cuanto pudo ver que era Lidia quien llamaba lo volvió a dejar en el mismo sitio.
Se levantó cansada, no poder dormir y estar toda la noche dándole vueltas a lo mismo la dejaba vencida ante el nuevo día con el que no quería ironicámente "lidiar".
Tras la llamada sonó un mensaje, y otro y otro. Tras los mensajes otra llamada. Así llevaba Lidia como cinco días, desde que Claudia descubrió de nuevo sus mentiras .
Hoy era domingo pero tuvo que levantarse, estaba hastiada de cama y de llanto.
Se preparó un vaso de leche con mucho colacao y nada de azúcar.
Encendió el ordenador y comprobó los dieciocho e_mails de Lidia que sin leer fue eliminando.
Leyó uno de su hermana que le decía que en Mayo irían a Córdoba a ver las cruces, que fuera haciéndose a la idea.
Y en todo esto, el móvil seguía anunciando la entrada de sms y llamadas sin parar.
Encendió la tele, emitían en uno de los cuarentaynueve canales un documental sobre abusos sexuales en el Vaticano.
A las imagenes y palabras por las cuales Claudia se informaba que se ordena mediante el secreto de confesión callar a los niños, a los sacerdotes implicados y a los testigos bajo pena de excomunión, se mezcla la sintonía de su móvil en lo que empieza a resultar otra vez , otro día sin tregua.
Va a buscar el telefóno y lo silencia al fin, y así se lo lleva con ella al salón.
Cuando el documental ha terminado vuelve a comprobar la cantidad de mensajes y llamadas perdidas que tiene y la que de nuevo está sonando que por supuesto también es de Lidia.
Descuelga el teléfono y dice _ ¿ Qué quieres Lidia ? _
_ Por fín _ Se escucha al otro lado la voz de Lidia _ Sólo quiero hablar cinco minutos contigo... _ .
_ Yo quiero hablar primero _ interrumpe Claudia en un acto de valentía _ .
_ Sí, claro, dime _ Le dice Claudia _ .
_ No me mandes más correos, no me envíes más mensajes , ni más flores, ni postales y no me llames JAMÁS en tu vida _ Casi grita Claudia recalcando el jamás _.
_ Pero... Yo sólo quiero pedirte perdón _ oye decir a Lidia.
_ Mi perdón no lo vas a tener otra vez, Lidia. Te he perdonado... ¿ Cuántas veces ?. Mi amor no es un juguete ni un capricho tuyo que puedas usar a tu conveniencia, si puedes estar con otras personas, será porque a mí no me necesitas ...
_ Escúchame Claudia, tenemos que vernos_ interrumpe esta vez Lidia _ Tienes que perdonarme.
_ Ni tenemos que vernos más, ni te vuelvo a perdonar, porque al final he descubierto que yo no quiero verte y que yo no soy la virgen del perdón _ termina Claudia y corta la conversación cuando Lidia comienza a decir _ Serás idi.....
_ Idiota no, Lidia, gilipollas integral por tropezarme siempre con tus mismas piedras, pero nunca JAMÁS_ Y vuelve a realzar el jamás, aunque Lidia ya no la oiga.

1 comentario:

noviembres dijo...

Uf, uf, uf, domingo guerrero se avecina, jaajaja, qué bien descrita la rabia que produce el engaño, por no citar uno de esos temas de polémica, la infidelidad, en fin....no he dicho ná, jajajja