jueves, 25 de febrero de 2010

Y Hoy Como Ayer.

Llueve otro día más. Dispuesta está la tarde a no dar tregua . Virginia mira tras los cristales como corre el agua casi violenta por las aceras.

Hoy quisiera poder poner su corazón en esos ríos que bajan por la calle y no sentir por un momento al menos esa soledad que siente dentro que se le pega a la piel, le seca la boca, se expande por ella como un maldito virus hasta explotarle en los ojos.

Conspiran las horas en su contra, y este tiempo aburrido de invierno. Trajina por la casa un desamparo inquietante que truena en este momento en la mirada de Virginia .

¿ Qué sentido tiene la vida , cuando al alma sólo llaman el desencanto y el desengaño , y no puedes colgar el corazón al calor del sol porque llueve dentro y fuera ?.

Mónica le dice que la vida no puede malgastarse de esa manera . Que ella tiene que ser la primera que se quiera.

Pero las palabras se van y no se quedan, no actúan en esta tragedia.

Piensa... que si se cierra el telón ¿ quién llorará la escena , de una esperanza inerte en brazos del desaliento final ?.

- Ay Mónica , si leyeras mi pensamiento!_ piensa. Y aparece en su mente aquella canción que a veces llega como una bofetada."...¿Quién pondrá fin a mi diario al caer la última hoja en mi calendario? ¿quién me hablará entre sollozos,quién besará mis ojos para darles la luz ?...".

Decididamente tendrían que abolirce definitivamente la tristeza y todos sus derivados tanto procedentes como originarios_, lo dice y lo escribe la mente de Virginia en la pared de su vecina y su corazón medroso mendiga un trocito de azul en la tarde negra pero insolente la soledad se sienta y ve pasar con ella ese caudal de angustia que obstruye ventanas y puertas.

Y hoy como ayer,es sólo el agua quien pasa.


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