La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia a los que se han
intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto para la pata de conejo:
Sirve para encontrar a quien se ama
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para dejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido
y una gota de luna en los ojos de los ancianos
ayuda bien a morir.
Pon una hoja tierna de luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de luna
para cuando te ahogues
y dale la llave de la luna
a los presos y desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados de la vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.
( Jaime Sabines )
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