viernes, 16 de julio de 2010

Inútil emisario.

No quise venir aqui. Recuerdo que en el último momento casi rocé la suerte de quedarme en la habitación del hotel.
No me gustan las multitudes , ver siempre el mismo paisaje me agota hasta el extremo.
Y me fastidia esta muchedumbre siempre idéntica, con sus Canon de última generación.
Detesto a este que tengo a mi derecha que se pavonea incansable de ser americano y compadezco a la de mi izquierda porque sufre la pena de no poder retornar allí de donde procede y donde todos los suyos fueron ya eliminados.
No quise venir aquí.
Mi sueño era perderme por las finas arenas de Egipto o bucear en las aguas de alguna playa del caribe.
Pero no tuve tal suerte y acabé aquí donde se mezclan de continuo las palore y el amore en continua acrobacia. Donde fuí inútil emisario de un deseo cuando Rosa me asignó ingenua el anhelo de regresar a Roma con Lucía.

6 comentarios:

Isabel Gil Jiménez dijo...

Así me siento yo muchas veces. Siento que la gente no me llena nada y que no estoy en el lugar que desearía.
Un saludo

Tanais dijo...

Si cuando uno de está bien por dentro...ya puedes estar en Honolulu jejejeje

Un abrazote!

Tantaria dijo...

Roma es una ciudad mágica. La magia, está en nuestro interior.

alasdemariposa dijo...

Tengo una pregunta: quién imaginais que pudiera ser el/la protagonista de esta historia?.
Pregunta que también queda formulada para futur@s lectores.
Gracias.

Anónimo dijo...

Será NEPTUNO ??? O una MONEDA???

alasdemariposa dijo...

Luz,una moneda.