jueves, 12 de septiembre de 2019

Metáfora de Abril.

Después de una tormenta,dicen, llega la calma.
Y esta era hoy esta quietud en medio de la cama, donde cada una escuchaba de la otra el sonido, sosegado ya, del corazón.
Andrea fue la que rompió el silencio incorporándose sobre la almohada.
- ¿ Sabes ?, mi ex y yo ... 
Lucía la interrumpió,
- ¿ Crees que este es un buen momento para hablar de ex ?.
A lo que Andrea le respondió  con una sonrisa y perfilando con sus dedos su nariz.
- Jugabámos , prosiguió Andrea, a un juego que consistía en confesiones.
- ¿ Confesiones ?. la curiosidad de Lucía parecía despertarse.
- Sí, consistía en comenzar una frase diciendo, confieso que... y tenías que terminarla con una confesión sobre tus sentimientos o sobre la otra persona que no le hubieras contado.
- Vaya, dijo Lucía poniéndose a la altura de Andrea en la almohada - ¿ Y es un juego exclusivo de tu ex y tuyo, o tiene copyright?.
- ¿ Acaso te interesaría jugar?,la picó Andrea.
- Uhmm, no sé , ¿acaso tú quieres jugar conmigo?, le preguntó Lucía mientras le mordía el cuello.
- Sinceramente si no dejas de hacer eso voy a querer jugar a otra cosa.
- Vale,venga me porto bien. Juguemos. Empieza tú.Pero espera, ¿ se gana algo?-
- Pero mira que eres ludópata anónima- Andrea comenzó a hacerle cosquillas  mientras le explicaba entre las risas de Lucía .
- Se gana que te quiera más o que te destierre de esta cama para siempre.
Y sus risas se mezclaron.
-Vale,vale,para, ya,venga. Intentaba pronunciar Lucía entre carcajada y carcajada.
- Ok. Paró Andrea - Comienzo yo. Confieso que hace una semana jamás hubiese pensado que hoy estaríamos así. Sus ojos parecieron nublarse por un momento. Lo que Lucía advirtió de inmediato.
- Yo mantenía. Andrea la interrumpió negándole con la cabeza.
- La otra persona no puede contestar, ni añadir, ni advertir, ni aclarar,etc. Solo tiene que escuchar.
- Ah vale, discúlpeme usted  su excelencia. Bromeó Lucía para rescatar la armonía que no quería perder.
- Me toca. Confieso que he sido una gilipuertas integral por no darme cuenta de las cosas.
Miró a Andrea y esta volvió a perfilarle la nariz.
- Confieso que me encanta tu nariz. Le dijo Andrea.
- Eyyyy, ¿ eso vale?.Replicó Lucía.
- Claro que vale.Reía Andrea. Nunca antes te lo he dicho.
- Jo, pero eso ya lo sé. Y sé que te gustan mis ojos , y mis piernas y mis omoplatos,vamos que sé que te gusto enterita.
- Pero serás enteradillaaaa. Le dijo Andrea abalanzándose sobre ella con una nueva carga de cosquillas, a la que esta vez Lucía respondió haciéndole lo mismo .
- Vale,vale. No vale .Venga que no vale que digo otra. Le decía Andrea intentando huir de aquella divertida batalla.
- Está bien . Lucía frenó su contraataque. Soy toda oídos.
- Confieso que... confieso que , decía Andrea intentando regresar a la seriedad. Confieso que dejé muchas pistas en tu puerta,como dice la canción de Vanesa Martín.
Lucía la miró sorprendida. Quería preguntar no solo con los ojos. Pero sabía que eso era saltarse las reglas de aquel juego.
Intentó ser astuta.
- Confieso que no podría enumerar ni una de esas pistas.
Andrea se acercó y le mordió el labio.
- Ayyyyy. Protestó Lucía. Confieso que me ha dolido.
- Ja ja ja ja . Por lista . Le regañó Andrea.
- Es que este juego tiene unas reglas muy duras. Protestó Lucía.
- Ja ja ja. Confieso que me encanta tu parte endeble, ja ja ja. Siguió Andrea.
- Confieso que me muero por conocer alguna de esas pistas. Lucía no se daba por vencida.
Andrea la miró un rato largo a los ojos . Lucía aprovechó para arrodillarse y juntar las palmas de las manos en señal  de súplica. 
- Confieso que si no me entero no duermo nada esta noche. Insistía Lucía.
- ¿ Qué gano si te lo digo ?. Preguntó Andrea.
- Halaaaa, luego la ludópata soy yo. Se quejó Lucía.
- Ja ja ja ja. ¿ Qué gano ?. Repitió Andrea.
- Te llevo a París por San Valentín. 
- Guauuuu. ¿ En serio ?. Sabes que vendo mi alma al diablo por París.
- Ja ja ja ja. Te creo, te creo , ja ja ja. Y esta vez fue Lucía la que le mordió el labio y acto seguido comenzó a besarla.
- ¿ Así que París ? . Señaló Andrea.
- Sip, por San Valentín. Recalcó Lucía.
- Muy bien. Acepto.
Lucía hizo ademán de tumbarse de nuevo a su lado y Andrea extendió el brazo para que se apoyara en él y cuando lo hizo lo cerró sobre su hombro izquierdo .
- ¿ Recuerdas cuándo te decía de quedar porque estaba cerca de tu calle? - le preguntó. Lucía asintió. 
- Pues muchas de esas veces aún estaba en mi casa cuando te lo proponía.
Lucía sonrió.
- ¿ Te acuerdas cuándo me dijiste que tenía los ojos muy bonitos?. Lucía volvió a asentir.
- Te dije que siempre los tenía así, solo que tú no me mirabas. Volvió a sonreír Lucía.
- No sé si lo oíste. Pero lo dije.
- Lo oí . Le dijo Lucía, casi en un susurro.
- Cuando me pediste volver y te dije que no ,te dije, la vida da muchas vueltas. No te cerraba la puerta en las narices por si no te diste cuenta.
- No me dí cuenta. Explicó Lucía. Pensé que era un adiós definitivo. Que todo concluía ahí.
Andrea la atrajo más hacia ella.
- Cuando comíamos aquel día en aquel restaurante cerca del puerto, te dije es que tú no haces las cosas bien.
Lucía se levantó y la besó en la frente. 
- Es que son pistas muy difíciles de seguir. Ya sabes que yo soy muy obtusa, necesito que se me hable clarito para que estas neuronas mías se enteren.
Andrea le sonrió .
- Te quiero mucho.¿ Está eso bastante clarito ?.Le dijo mientras era ella quien la besaba ahora en los labios.
- Sí. Contestó Lucía con la piel estremecida al roce de sus labios con los de Andrea.
- Oye, tú que eres de escribir sobre lo divino y humano del Amor. Bromeó Lucía. ¿ Escribirás algún día sobre esto ?.Le preguntó.
- Ya lo he hecho. Contestó Andrea divertida.
- ¿ Quéeeeee ?, y ¿ Cómo es que yo no me he enterado?. Sondeó Lucía.
- Porque  eres muy obtusa y tus neuronas no se enteran. Reía Andrea mientras le alborotaba el pelo.
- Confieso que me muero de ganas por saber lo que has escrito sobre esto. Dijo Lucía emulando el juego.
- Ja ja ja. Te rematarían las ganas si supieras que no solo he escrito de esto si no también de tí. 
- ¿ Quéeeee? , eso no valeeeeee. Argumentaba Lucía. Si se escribe de alguien hay que decírselo. Está en su derecho de saber.
- Ja ja ja ja. Bueno, bueno . Defendía Andrea. Como decía alguien: Siempre he intentado que si escribía sobre alguien, se lo haría llegar a quien lo inspiró.
Peeero, sintiéndolo mucho ,mi pequeño amor obtuso.
- No te burles. Interrumpió Lucía poniendo carita de niña enfadada.
- Ja ja ja. Como decía .Prosiguió Andrea. Mi pequeño amor obtuso  quién sabe si la vida algún día hace que eso ocurra. Y se levantó de la cama cantando.
- Ay,mi amor, he dejado tantas pistas en tu puerta , ¡qué locura sentirla entreabierta!
y que nunca me atreva a llamar. Mientras Lucía la persigue por la casa , y cuando la alcanza la rodea por la cintura y también le canta.
- Ay , mi amor nos está prohibido volver a equivocarnos.
Y se vuelve Andrea. Y  el encuentro de sus labios es una metáfora de Abril a las puertas del otoño.





  








5 comentarios:

Laura dijo...

Quien no ha jugado a algo parecido?
Quien no ha escuchado la palabra ex estando aun calentita la cama?
mujeres... jajajaja
(divino tesoro)
Un beso grande.

Alís dijo...


Me gusta mucho el título. Y la historia.

Cuando dejamos señales deberíamos asegurarnos de que la otra persona las percibe, o podríamos llenarnos de frustración.

Me gusta que esta historia tenga un final feliz

Besos!!

Adriana Alba dijo...

atrapante relato...me encantó.
Besos.

Alís dijo...


¡¡Feliz cumpleaños!!

Un poco tarde, pero aquí todavía es día 27.

Espero que hayas tenido un gran día y que el nuevo año te traiga mucha felicidad

Besos

Bruno Torres dijo...
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