viernes, 21 de junio de 2019


Acaso el tiempo no tenga más razón
que ser eterno,
y nosotros transeúntes en él,
con las sensaciones térmicas
que vamos padeciendo,
lo gozamos o lo perdemos.

Prendidas del tiempo,
las cosas son o no fueron.

El tiempo da calor o frío,
corre o vuela...
o se detiene al borde de un precipicio
y cuando quiere volver a empezar
es el fin del inicio.

A veces cuando de frente miramos al tiempo,
o desde un espacio que ya parece infinito,
nos interpela cualquier hora
o cualquier minuto,
marcándolo a destiempo.
Es la con o sin razón de los sentidos,
que pretende anhelar,
o prever quizás,
esa ocasión oportuna
de querer llegar (a tiempo).

¿Y qué hacer si nos falta,
o nos sobra tiempo
si deámbulamos por esa dimensión física,
sin el menor acierto,
cuando detener (o avanzar) agujas,
no engaña ni al más distraído
de los Febreros?.

Yo no creo que sirva cruzar los dedos,
mientras se nos conjuga el yo espero
(que)...





6 comentarios:

Laura dijo...

me reviva
o me mate.

Era así?
besos

Bluesman in the dark dijo...

Irónica y lúcida reflexión sobre el tiempo en un blog que he encontrado de casualidad. Me gusta. Te enlazo en el mío, que te invito a visitar.

Alís dijo...


Me ha encantado el poema, la reflexión, cómo juegas con el tiempo en este texto que me invita a pensar, a divagar sn/sobre el tiempo.

Te felicito

Besos

Amapola Azzul dijo...

El mío a veces se detiene en un precipicio, otras veces lento y en ocasiones vuela.

Ver volar el tiempo me recuerda a ser feliz.

Besos.

Adriana Alba dijo...

Un poema hermoso, musical, profundo...
Una caricia para los ojos, ventanitas del alma.
Un abrazo.

Jose Vivo dijo...

El tiempo, el devenir de la vida, de llegar a ser o hacer alguna cosa. Es un esfuerzo constante...
Un saludo y te sigo