miércoles, 30 de septiembre de 2015

Azules, como el color del cielo cuando no hay nubes.

Desde aquí veo su cuerpo medio desnudo
y arropo con versos la piel que descubierta
provoca al claro de luna que entra por la ventana
desde la que oímos el mar.
La casa está dormida,
los perros no ladran
desde que pasara la vecina
taconeando aceras.
Sólo se oyen  los pasos del amor,
entretenido en dejar señales  en  todas las cosas.
Me tenéis a corazón abierto en esta madrugada
pellizcándome para que os mire a los ojos;
Son azules, intensos y les llueve adentro
toda la vida que empapa los espacios
que ocupamos día a día.
Habéis cercado cada centímetro que habito
y creado este mundo nuestro dentro de la Tierra,
y giramos en torno a vuestros propósitos,
especialmente yo, que desconfiaba
y me veía predestinada a la mala suerte
de que no seríais más que un deseo infinito
vagando en busca de su estrella fugaz.
Ojalá me sigáis esperando
en el inacabable término que tiene el siempre.
Creedme ; Quiero llegar a tiempo.
PD: Queridos sueños.


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