domingo, 8 de enero de 2012

Desde ayer comenzó el día en que más la necesité.
Tal vez porque  los únicos charcos que puedo saltar
con las botas de agua son los de las horas interminables
donde resbalan las palabras sin propósitos ni deseos
en ninguna carta sin sorpresa.
Hoy es el día después del día que más la necesité.
Cuando hay rastros de tristeza en un anhelo 
que no viaja a ninguna parte.
y hace desesperar al tiempo pensando que aún queda tiempo
para un último pensamiento planeando sobre la magia.
Pero desistí y quizá por ello, 
ayer fue el día que más la necesité
porque se me ha perdido un sueño
que perece insomne.
Y me lastiman todas las noches
que no sueño con ella.


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