martes, 2 de julio de 2024

Querido:
Es absurdo que escondas la mano 
después de haber lanzado 
tan escandalosas ideas.
Me sugieres siempre a contra corriente,
al decir blanco cuando es negro
tengo que cerrar los ojos 
para adivinar cualquier tonalidad plomiza
que me desate de tus locuras.
Tengo que frenar a veces tus deseos
para ajustarlas a esta realidad
a la que pareces ir a rienda suelta
sin atender al bocado de esa objetividad
que te muestro
como fotos recién salidas de aquella Polaroid
a la que tantas ganas tuviste
y nunca salió de casa.
No sé si hemos llegado al punto
de no entendernos nada,
a veces me asusta ese desequilibrio 
entre mis pasos y los tuyos ,
Te juro, que yo intento acomodarlos,
mas me aterra que los caminos 
rara vez no nos enfrenta 
en la encrucijada de tú al norte
y yo al sur.
¿Tan dificil es entenderme,
razonar lo que te cuento,
olvidar un segundo 
que lo que te late en el pecho
me hiere , por no decirte,
que ahora me está matando?.
Sí, sí, sí que quiero comprender,
Sí que no quiero juzgar el impulso,
la tentación que me pones en los labios,
la testarudez que siempre me achacas 
y de la que te adueñas revistiéndola 
de promesas ,esperanzas , ilusiones...
que se nos caen,
igual que las sonrisas que prometías  
y ni encuentras ni encuentro.
Déjame hablar. 
Que no me escuches suele ser 
el golpe, el desaliento y el llanto.
Sin embargo vuelves una y otra vez
a callar el pálpito que yo también siento,
vuelves a menospreciar las razones
que me desvelan 
y abres la ventana como si el sol
fuera tuyo .
Me cansa este desajuste de emociones,
este irte en cuanto vuelvo,
Me irrita que todos quieran darte la razón 
como si yo fuera la mala de la película 
de la que tú haces puro cuento.
Calla, cállate un momento,
oye como a mí también me palpita todo un mundo onírico 
al que quiero entrar
pero en el que no me das cabida
alegando incansablemente 
que mis motivos no los entiendes.
Aún así seguiré pidiendo, demandando, protestando
que me atiendas porque yo también pago
el precio alto de lo que ni siquiera compro,
querido corazón.
Atentamente tu cabeza.

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