Dónde están?

Ha vuelto la mirada atrás antes de subir al taxi que la esperaba.
En el porche Ana la mira abrazada así misma.
Hace mucho frío y la madrugada tirita aún en las sombras de la noche.
Tal vez este sea el escenario ideal para despedir al amor a juego con este frío en el alma que sienten las dos y que el sentimiento que compartieron no es capaz de atenuar.
Laura cierra la puerta del coche y este se aleja.
Ana aún se queda en la puerta viéndolo marchar, añorando ese revuelo de mariposas que la invadió la primera vez que la vió.
¿ Dónde están?. Eran azules, rojas y naranjas. Ana lo sabe bien. Hasta había una que tenía los ojos tan negros como los días sin ella.
¿Qué habrá sido de ellas? se pregunta Ana al entrar.
Y son tan frías las respuestas como esta mañana que se vislumbra, en donde el desamor es el único que alborota su soledad.