El oso de peluche ocupaba un lugar privilegiado en la estanteria. No podía ser de otra manera para Eva siendo la persona que se lo regaló la que más amaba .
Recuerda que llegó envuelto en un papel navideño y que lo encontró el cinco de Enero encima de su cama cuando ya iba a acostarse.
Su hermana Adela seguro había sido cómplice de Susana para que estuviera allí en ese momento que ella siempre creía mágico, cuando después de la cabalgata de Reyes venía contagiada de la encantadora inocencia infantil y sentía que era el tiempo idóneo de pedir deseos.
Luego descubrió que no fue su hermana Adela la colaboradora de Susana, sino su mismisíma madre.
Quién lo diría!! , después de todo lo que tuvo que discutir, disputar, pelear, debatir, para que su madre admitiese a Susana como lo que era; la mujer de su vida.
Pero se ve , pasado el tiempo, que no.
Que Susana no quería seguir siendo la mujer de su vida, se lo había dicho hacia un mes.
Y hoy es el momento de instalar regalos, fotos, detalles... lejos de su campo de visión. Guardarlos en la buhardilla para que su corazón se vaya haciendo a la idea de que ya no forman parte de este hoy, aunque no pueda disponer de sus sentimientos para distribuirlos también en cualquier lugar del sobrado espacio del ala derecha de la casa para no sentirlos padecer por un amor que le ha dicho que se ha enamorado de otra persona, que se llama Nicolás y que se marcha con él a Argentina.
Y hoy cada foto escarba en cada estación donde fue feliz , y desgarra el alma cada e-mail que ha borrado y cada postal le declara que finalizaron los te quieros desde la Plaza Roja de Moscú, los te hecho de menos desde la Puerta de Brademburgo.
Desde Argentina no llegarán besos a altas horas de la madrugada , no encargarán orquídeas que le llegarán puntuales cada veintisiete de Noviembre.
Ya no. Prescribió el tiempo del amor.
Rodolfo, nombre que lleva el oso de peluche que tiene Eva entre sus manos es tan suave como una bola de algodón, tiene un corazón enmedio de la tripa donde puede leerse : Para alguien especial. Eva lo abraza fuerte reprimiendo el desalojo y las lágrimas.
La caja aguarda al lado de Eva, con el oso se llenará y sólo quedará precintarla.
Qué díficil, madre!, balbucea Eva.
Sí, qué díficil que el término del amor, no traiga indicaciones ni prospecto de como aliviar al menos, esta pena que la rompe entera y divide el deseo de querer y no poder.
Ya está hecho. Rodolfo está dentro de la caja de cartón. Asusta el hueco que ha dejado, estremece cada estremecimiento de Eva al levantar la caja, pero debe llevarla al desván, es necesaria la limpieza, realmente la necesita. Necesita ir vaciándose de Susana para desocupar el corazón y este sin duda para ella, es el primer paso.
3 comentarios:
me has hecho recordar a mi querido osito mustaki,el pobre me lo dejaron tuerto. qué buenos recuerdos! un besote
Mustaki también fue un regalo especial?.
hola!si,sobretodo sorprendente, no fue un regalo romántico como el tuyo, pero me hizo mucha ilusión y como soy un pelín sentimental lo recuerdo con mucho, mucho cariño.
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