Arden en llamas los recuerdos
lanzados a la pira del olvido.
Recuerdos cálidos y tiernos
de una primavera anticipada que nos dice adiós.
Ves el cansancio de mis ojos?
es el peso de las horas negras.
En esta lacerante noche los segundos se me clavan
como saetas:
en las pupilas de estos ojos que te vieron,
en las palmas de estas manos que te adoraron...
es mi corazón un sangrante acerico.
Desgarra mi pecho el fantasma de tu abrazo
se agitan mis dedos, convulsos,
buscando tu inútil presencia.
No encuentro dónde asirme,
no hallo dónde aliviarme.
Me ahogo en esta seca tormenta.
Y rompo mi paleta en mil pedazos
y lloro en un mar de lágrimas grises
se me acaba la sal, se me agotan los colores
no porque no te tengo, sino porque te veo marchar.
( Wasabi )
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