La poesía se acerca a los brazos
que saben acogerla ,
su alma es un colibrí
en un cielo interminable.
Como ella ,
yo me acomodo
en la voz que la (re) conoce
y (re) conozco.
Málaga es un escenario extraordinario
para el principio.
Las palabras, los gestos...
se adaptan, relajan en una atmósfera
de confidencias en las coyunturas
secuenciales del tiempo.
El brindis es un sueño ,
una esperanza,
una metáfora continuada
de degustar los deseos.
La tarde testifica que me voy
con las certezas de que la vida
se hace a golpe de momentos,
y que el camino sigue,
porque siempre fue camino.