Herido de nubes el horizonte.
Tres pájaros parecen llegar a la luna.
Dentro de nada concluye este día
en que te esperé.
Y se va el tiempo... sin que ninguna puerta lo detenga, y se precipita entonces el corazón a ese pozo de añoranzas y emprende la tarea de retornar las tardes en que la alegría principiaba en su risa. Y las horas se desgranaban en minutos felices.
Y se va el tiempo... Y nos queda narcotizar el presente con la ilusión de que es posible un nuevo encuentro que va a resarcir este abandono.