A veces quiero cruzar 
porque no es fácil, 
no sé estar en esta orilla. 
Me muerdo los labios, 
las letras y las manos. 
Se me desangra un verso en cualquier esquina, 
y tengo que huir de la escena del crimen 
y buscarme en las venas 
la sangre fría del que aprieta el arma. 
Hay un ruido frenético 
en este ensordecedor silencio
de metáforas calladas. 
La noche nunca tuvo tantos duelos de palabras. 
Pero sé que, quiero retener, 
paralizar las ganas, 
esperar  la piel que me tiente el deseo, 
la mirada que me excite, provoque el alma, 
Y esa voz que como Lázaro 
espero que me diga levántate y ama. 
viernes, 22 de febrero de 2019
domingo, 3 de febrero de 2019
Cuánto me has querido tú?
A veces llega  tu perfume sobrevolando el recuerdo... 
Se abre sin querer la ventana, 
se cuelan sin permiso 
el aroma de cualquier tarde frente a una taza de café, 
o las sílabas impacientes   recitando en un tren 
que la felicidad tiene que sonar así como tu risa. 
Mi mente indiscreta, 
con su desmesurado disfraz de poeta,  
evoca un susurro al amanecer, 
los labios en tu espalda 
acortando distancia entre tu piel y mi piel. 
Alguna vez la tarde cae 
como cuando tú cerrabas los ojos, 
o la noche es un balcón abierto 
al sonido del mar al lado de una misma almohada. 
Abro de prisa la puerta 
como si tú llamaras a esta casa que no conoces 
y desconoce que estoy soñando. 
Mi subconsciente parece que también se acuerda 
de cualquier rincón para dos, 
de algún beso de carretera... 
De aquella cicatriz que delinearon mis manos 
queriendo traerse la huella 
de lo que años después aún palpamos, 
como si su tacto siguiera 
suave, 
eterno, 
sagrado. 
Sé que no produce esto los latidos  de un corazón que aún te quiera,
 seguro son las pulsaciones de haberte querido. 
Respuesta a la pregunta inevitable de 
¿ Y cuánto me has querido tú?.